Hospital de S. Juán de Dios El primer hospital se encontraba en la Calle Lucena numero 34 y tenía 46 camas. Después se trasladó a la cuesta Gomérez cerca del Arco de las Granadas donde llegó a tener 200 camas. Tras la muerte del santo, en 1552, el hospital se situó en la calle S. Jerónimo. Finalmente, se hizo el hospital en su ubicación actual tras la demolición del Monasterio de S.Jerónimo que se encontraba en ese emplazamiento conocido como la Almorava. |
La portada data de 1609 y fué realizada por Cristoba de Vilches con mármol de Sierra Elvira y Macael.
En el primer patio se conservan 29 cuadros sobre temas de la vida del santo fundador. Fueron pintados por Diego Sánchez de Sarabia en 1749 y los frescos que los rodean también son del mismo autor, aunque posteriores (1760).
La escalera se encuentra construida a base de una gran variedad de mármoles y que fué elaborada por José de Bada también en 1749.
El segundo patio es del siglo XVIII con pilastras y adornos pintados. San Juan de Dios (1495-1550) Fundador de la Comunidad de Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios Año 1550 |
Nació y murió un 8 de marzo. Nace en Montemor-o-Novo, localidad del Alentejo (Portugal)l en 1495 y muere en Granada, España, en 1550 a los 55 años de edad.
De familia pobre pero muy piadosa. Su madre murió cuando él era todavía joven. Su padre murió como religioso en un convento. En su juventud fue pastor, muy apreciado por el dueño de la finca donde trabajaba. Le propusieron que se casara con la hija del patrón y así quedaría como heredero de aquellas posesiones, pero él dispuso permanecer libre de compromisos económicos y caseros pues deseaba dedicarse a labores más espirituales. Estuvo de soldado bajo las órdenes del genio de la guerra, Carlos V en batallas muy famosas. La vida militar lo hizo fuerte, resistente y sufrido. |
La Sma. Virgen lo salvó de ser ahorcado, pues una vez lo pusieron en la guerra a cuidar un gran depósito y por no haber estado lo suficientemente alerta, los enemigos se llevaron todo. Su coronel dispuso mandarlo ahorcar, pero Juan se encomendó con toda fe a la Madre de Dios y logró que le perdonaran la vida. Y dejó la milicia, porque para eso no era muy adaptado. Salido del ejército, quiso hacer un poco de apostolado y se dedicó a hacer de vendedor ambulante de estampas y libros religiosos. Cuando iba llegando a la ciudad de Granada vio a un niñito muy pobre y muy necesitado y se ofreció bondadosamente a ayudarlo. Aquel "pobrecito" era la representación de Jesús Niño, el cual le dijo: "Granada será tu cruz", y desapareció. En Granada trabajó como vendedor ambulante de libros religiosos. En cierta ocasión, ya con 40 años, escuchó llegó al Padre San Luis de Avila, y en pleno sermón, Juan se arrodillo y empezó a gritar: "Misericordia Señor, que soy un pecador", y salió gritando por las calles, pidiendo perdón a Dios. |
Repartió entre los pobres todo lo que tenía en su pequeña librería, y recorría las calles de Granada pidiendo misericordia sus pecados y la gente empezó a pensar que estaba loco, atacádole a palos y piedras. Acabó en el manicomio, donde le dieron fuertes palizas como era costumbre en la época. Pero Juan lejos de desmoronarse, llamaba a atención de los guardias por el modo en el que trataban a los enfermos. Cuando San Juan de Avila volvió a la ciudad consiguió sacar a Juan del Manicomio y a partir de ese momento, Juan alquila una casa vieja y allí empieza a recibir a cualquier enfermo, mendigo, loco, anciano, huérfano y desamparado que le pida su ayuda. Durante todo el día atiende a cada uno con el más exquisito cariño, haciendo de enfermero, cocinero, barrendero, mandadero, padre, amigo y hermano de todos y por la noche iva por la calle pidiendo limosnas para sus pobres. Pronto se hizo popular en toda Granada el grito de Juan en las noches por las calles. El iba con unos morrales y unas ollas gritando: ¡Haced el bien hermanos, para vuestro bien! Las gentes salían a la puerta de sus casas y le regalaban cuanto les había sobrado de la comida del día. Al volver cerca de medianoche se dedicaba a hacer aseo en el hospital, y a la madrugada se echaba a dormir un rato debajo de una escalera. Un verdadero héroe de la caridad. El señor obispo, en atención a su labor, añadió dos palabras a su nombre de pila ,y empezó a llamarlo "Juan de Dios". El prelado le dio una túnica negra como uniforme; así se vistió hasta su muerte, y así han vestido sus religiosos por varios siglos. Destacan en su labor, el incendio de su hospitar donde rescató a todos los pobres internos, atravesando el fuego sin quemarse. En otra ocasión, y cuando el río iva crecido y casi helado, fué a recoger leña, pero uno de sus compañeros cayó al río y el lo rescató, aunque tuvo importantes secuelas y dolores por la artritis. Poco a poco, Juan de Dios fué debilitándose, las piernas se le retorcieron de la artritis y sufría de espantosos dolores. Incluso una señora lo llevó a su casa para curarlo aunque ya era demasiado tarde. Dejo a Antonio Martín como director del hospital. El 8 de marzo de 1550, murió de rodillas. Después de muerto obtuvo de Dios muchos milagros en favor de sus devotos y el Papa lo declaró santo en 1690. Es Patrono de los que trabajan en hospitales y de los que propagan libros religiosos. |
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