Como indicamos antes, el diseñador de los Mártires planteó, rodeando la franja de jardines que cercaba el palacete, una banda de bosquetes. Eran en gran medida el cemento del jardín, un elemento verde que servía para enlazar unos jardines con Otros. Encontramos de esta manera zonas de bosquete por toda la finca. Sin embargo hubo una gran zona de los Mártires destinada expresamente a bosque. Era la vaguada que comunicaba la finca con la Puerta de Siete Suelos en la Alhambra. Allí se colocó una plantación de árboles de sombra que estaba surcada de pequeños caminos.
La densidad del follaje y su gran tamaño permitía que los visitantes se desorientaran y perdieran en este lugar, razón por la que era popularmente conocido como el Laberinto, asunto que hay que sumar al hecho de que sabemos por numerosos testimonios que hubo laberintos en los Mártires del siglo XIX. El Bosque, talado en su mayor parte en la desdichada operación hotelera de 1974, presentaba una plantación muy diversa de árboles de sombra enmarcados por los caminos principales que eran de castaños de Indias y plátanos de paseo. Alguno de estos ejemplares era especialmente notable, como un famoso plátano con ramas en forma de Y que alcanzaba más de treinta metros de altura.
Para acceder a este Bosque se hizo hace unos cien años la Avenida de las Palmeras que conectaba el centro del Carmen con la Alameda de la Alhambra. Con una estudiada distribución de palmitos chinos, palmeras canarias y washintonias ofrecía un efecto de perspectiva que enfatizaba su tamaño. Esta avenida fue seriamente dañada como consecuencia del paso de maquinaria para la tala del Bosque y hoy necesita una fuerte recuperación.