Biografía de Max Moreau (1902-1992)
Autorretrato
MAX LEON MOREAU nace en Soignies, una pequeña ciudad belga que abandona a los tres años para ir con sus padres a vivir a Bruselas. Confiesa una profunda admiración por su padre, pintor, al que contemplaba durante su trabajo, haciendo por ello de su aprendizaje un gesto inconsciente y espontáneo. Ya con doce años dibujaba con gran precisión del natural ante la mirada sorprendida del padre que veía cómo, pocos años después, su hijo Max pintaba al óleo sin haber tenido una formación académica rigurosa ni haber pisado jamás una escuela de Bellas Artes. Esta facilidad ingénita del joven Moreau determina que su padre adopte el papel de guía y maestro en sus primeras experiencias con el arte. Con rigor, severidad y doctrina los progresos fueron grandes. Acompañaba el estudio con la realización de copias y exégesis de los grandes maestros del pasado, venerados siempre por Max, contenido en el Museo de Bruselas, y con los retratos a personajes de la farándula de su ciudad, trazados entre bastidores a lo largo de las representaciones teatrales.
Acaba la I Guerra Mundial y la familia Moreau se traslada a París. Max continúa el trabajo en los teatros parisinos, especialmente en aquellos que recreaban obras de la Comedia Francesa. Fue entonces cuando conoce a Denie d' Ines, actor de fama que sería su amigo de por vida, realizando más de setenta retratos que ilustran los principales papeles de su repertorio escénico.
El regreso a Bruselas se produce después de su servicio militar en donde la pintura fue gran consuelo y ayuda. A los 26 años contrae matrimonio, "la más dichosa boda que se puede soñar" confirmará el propio Max.
Una nueva etapa de su vida viene marcada por el atractivo que siente hacia Oriente. Lo pintoresco de los paisajes contemplados en fotografías y cuadros de colegas, las posibilidades pictóricas imaginadas y el deslumbramiento de lo exótico decide a Moreau a viajar, en 1.929 a Túnez. Fue un verdadero descubrimiento para el artista que, admirado ante las realidades del país, viaja hasta en cinco ocasiones durante los siguientes diez años. Allí se relaciona con un grupo de intelectuales con quienes estrenó una tragicomedia titulada Tutus. A la par expone en Bruselas, Anvers, Charleroi, Arlon y Luxemburgo, en donde tiene la ocasión de dirigir la Gran Orquesta de la Radio interpretando sus propias composiciones.
Se traslada al mediodía francés durante la II Guerra Mundial, época en la que continúa haciendo innumerables retratos. En 1.946 se traslada a Niza, breve estancia previa a un nuevo viaje a Africa, donde persiste en sus afanes retratistas.
Marraquech resulta un verdadero foco de sensaciones para el pintor. Las tiendas de souveniers, el sol deslumbrante, los olores, la belleza humana contenida en la plaza de Djemea-el-Fra, lo sorpresivo, lo fantástico...para Moreau constituye un tesoro para los sentidos de valor inapreciable. Allí retrata a numerosas personalidades con las que entabló amistad.
De nuevo vuelve a París para inmediatamente viajar a las Bahamas, islas en las que retrata a los principales miembros de la colonia inglesa. Regresó a Francia y la fiebre viajera se acentúa: América del Norte, Vichy y Portugal (Lisboa y Nazaré), en donde realiza una serie de cuadros de pescadores que le suministran temas muy variados y que fueron apreciados en Francia, Bélgica y España.
Sus obras a lo largo de su dilatada carrera han sido expuestas en Bruselas, Túnez, Francia (París, Niza, Marsella y Vichy); en los Estados Unidos en la Galería Wildenstein de Nueva York, Milwaukee, Escanaba, Gree-Bay, Palm Beach, Houston, también en Inglaterra, Bahamas, Marruecos, Argelia y España.
Ha sido Max Moreau objeto de numerosos premios y reconocimientos: Médaille de vermil de l'association Royale des Artistes Professionnels de Belgique, Médaille d'or du Conseil Européen d'Art et d'Esthetique ASBL y Fundation Deglumes entre otros.
Ha retratado a un gran número de personalidades de las que conforman la Historia de nuestro siglo y ha demostrado su sensibilidad artística en otros campos: su música ha sido interpretada por importantes orquestas en Bélgica, Portugal, Francia, Luxemburgo. Su ballet El Lobo y el cordero fue llevado a escena en Bezanco y Rennes; cuenta asimismo entre su producción con un libro de poesía; El Boticario lírico, escrito e ilustrado por el propio Moreau en 1.935 y editado con motivo de la Exposición Universal de Bruselas.
Finalmente, tras quince años de permanencia en París y muchos viajes al extranjero, la familia Moreau se asienta en Granada, ciudad que como el mismo artista reconoce:"no nos ha defraudado en los más de diez años que vivimos aquí. En ella me he hecho conocer y apreciar, creo".
Adquirió un Carmen -el de los Geranios-, en el barrio granadino del Albayzín. Aquí, entre los muros de su nueva vivienda, rodeado de plantas, flores y agua, pinta a sus nuevos amigos granadinos y el mundo inanimado, quieto y silencioso de los objetos que le rodean y que le han acompañado durante toda su vida, hasta que el 7 de Septiembre de 1.992, después de padecer una larga enfermedad, le sobrevino la muerte.
Quienes le conocieron describen al pintor como un hombre bueno, afable y cariñoso, bromista a veces, con un sentido del humor muy latino, para el que la amistad y la gratitud eran las dos cualidades que hacían del alma humana, un alma noble.
A finales del año 1996 y comienzos del año 1997, el Ayuntamiento de Granada junto con el Centro Cultural "La General" llevaron a cabo una exposición homenaje a Max Moreau, de dicha exposición se elaboró un catálogo en el que se muestra parte de la obra del genial pintor.
Referencia bibliográfica:
- La obra de Max Moreau. Granada: Lit. ANEL San Vicente Ferrer, D.L. 1977
- Exposición homenaje a Max Moreau. Granada: Ayuntamiento; Fundación Caja de Granada, D.L. 1996