Es la única pieza de la colección que no fue creada en tiempos del primer propietario. Cuando se hizo este patio en 1944 por el Duque del Infantado el Jardín Español de los Mártires había perdido ya su aspecto árabe-granadino y seguramente el Duque, conocedor de la intención coleccionista de estos jardines, quiso remediar la ausencia de una representación del jardín típico local y creó aquí un homenaje a la jardinería nazarí. Lo hizo de una forma creativa, sin copiar miméticamente los elementos típicos, así mientras uno de los cenadores, existente ya en época de Meersmans, recordaba los pórticos del Generalife o Comares, el otro es de tipología cristiana, llamándole además Pabellón de los Mendoza en recuerdo a sus antepasados, tan ligados por otra parte a la historia de Granada y la Alhambra.
En el centro, abrigado por caminos de empedrado granadino, dispuso un largo estanque inspirado en el Patio de la Acequia, con calas y macetas. Creativa es también la presencia en la pared de una gruta con rocalla que se inscribe en la propia tradición de los Mártires, que entre cuevas y mazmorras cuenta con más de una decena de ejemplos.