Si en el Jardín Francés es fácil advertir todavía la intención del autor, en éste es algo más difícil. Como el anterior está junto a la casa del carmen, en este caso a sus espaldas, en una terraza donde estuvo la llamada "Tabla de los Jardines" del demolido Convento de los Mártires. Presenta hoy unos cuadros irregulares rodeados de setos rectos y con gran cantidad de palmeras; en el centro una fuente de tres pisos construida por el Duque del Infantado que la llamó "Fuente de Felipe II" como agradecimiento a la cesión de agua por este rey a los frailes de los Mártires.
Tal y como ha llegado hasta nosotros es un bosque dc palmeras cuyas copas se juntan formando una bóveda que impide la llegada de los rayos del sol al suelo, un lugar enigmático resultado de la suma de elementos a lo largo del tiempo. Para poder reconocer en él la pieza de la colección de jardines históricos correspondiente al jardín "a la inglesa" hace falta un doble ejercicio.Uno, saber qué se consideraba en época de Isabel II "un jardín a la inglesa", otro, saber cómo era este jardín en el momento en que se hizo.
A mitad del siglo XIX se llamaba en España "jardín a la inglesa" no a los grandes parques paisajistas, con praderas. bosques, colinas, lagos y templetes simbólicos, sino a pequeños parterres cuya imitación de la naturaleza se limitaba a tener los caminos sinuosos y los cuadros de límites redondeados plantados con césped, flores y arbustos exóticos.
Así se hizo este jardín llamado hoy de las Palmeras. El estanque que sólo tenía entonces la lamina baja de agua, estaba rodeado de colinillas de cesped con arbustillos y flores entre los que serpenteaban de forma caprichosa estrechos caminos. A finales del XIX se introdujeron cuatro o cinco palmeras que hoy se diferencian muy bien por su mayor altura, y a principios del XX se introdujeron masivamente las demas, así como los setos que limitan los cuadros.Algo más tarde esos setos sin cambiar prácticamente la forma de los cuadros fuerón replantados en linea recta, perdiendo definitivamente su carácter curvo “inglés”.
Desde esta óptica el Jardín de las Palmeras es una bella lección de como el tiempo enriquece los jardines y,aunque estos pierdan su aspecto original, el resultado que presentan hoy tiene tanto o más valor estético que el primitivo.