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Los alumnos de la Escuela de Arte de Granada muestran la técnica de los grabados en el centro de la ciudad
El concejal de Participación Ciudadana, Juventud y Desportes, Eduardo Castillo, destaca la apuesta del Ayuntamiento por acercar las obras de los jóvenes autores granadinos a la ciudad
La Escuela de Arte de Granada sacó una de sus aulas a la Plaza del Carmen para enseñar en pleno corazón de la ciudad algunas de las técnicas que utilizan en sus clases. Participaron una treintena de alumnos que a través de un pequeño tórculo mostraron a los granadinos el proceso del grabado.
El concejal de participación Ciudadana, Juventud y Deportes del Ayuntamiento de Granada, Eduardo Castillo, declaró que “los alumnos de la Escuela de Arte de Granada ya han protagonizado en este curso dos exposiciones en el Centro de Arte Joven Rey Chico que gestiona el Ayuntamiento de Granada a través del Área de Juventud. La primera muestra fue sobre grabados y la segunda, titulada ‘El arte de la escritura’ fue una interesante muestra del desarrollo de la tipografía. En esta ocasión hemos querido sacar a la calle, en colaboración con la Escuela de Arte Granada, una pequeña muestra de lo que hacen. En años sucesivos intentaremos hacer algo más elaborado”. El concejal añadió que “el objetivo del Ayuntamiento es que los alumnos puedan mostrar a la sociedad los trabajos fruto de su evolución académica. Es una forma de promocionar la cultura entre los jóvenes y de facilitar el camino profesional a los alumnos”.
Por su parte, Blas Calero, director de la Escuela de Arte de Granada, declaró que “hemos comenzado una muy buena relación con el área de Juventud del Ayuntamiento que esperamos que se prolongue en el tiempo. Los propios alumnos ya están pensando cómo darle una mayor dimensión a esta actividad el próximo año”.
Para la Escuela de Arte de Granada, este proyecto forma parte del Programa Vivir y Sentir el Patrimonio, proyecto que surge de la necesidad de permitir al alumnado sentir suyo el patrimonio, ofrecerle la posibilidad de asumir que su identidad, en los diferentes niveles en que se configura, deriva de referentes patrimoniales que explican qué somos, cómo somos, por qué hemos llegado a ser así y cómo nos relacionamos con los demás.