Sala Histórica de Mariana Pineda
Mariana de Pineda, ilustre mujer granadina de gran arraigo popular, simboliza la lucha liberal constitucionalista del siglo XIX.
Había nacido el 1 de septiembre de 1804 en el barrio Parroquial de Santa Ana y según consta en su partida de bautismo con los nombres de: Mariana, Rafaela, Gila, Judas Tadea, Francisca de Paula, Benita, Bernarda, Cecilia. Hija natural de D. Mariana de Pineda, coronel retirado, y de Dña. Mª Dolores Muñoz de Lucena, Córdoba. La distinta condición social de sus padres hizo inviable el matrimonio.
La separación de su madre y la muerte prematura del padre llenó de dificultades los primeros años de su infancia, que al final fue dada en tutoría a un matrimonio sin hijos al servicio de los Pineda. A partir de entonces, tuvo una infancia feliz, recibiendo educación en el Colegio de las Niñas Nobles. A los 15 años contraía matrimonio con Manuel Peralta y Valte, militar de ideas liberales. En 1822, en pleno trienio Constitucional, Mariana quedaba viuda con dos hijos de corta edad.
En 1823 era abolida la Constitución por Fernando VII y se restauraba el régimen señorial y represivo del primer período absolutista. En este período de 1823 a 1833, denominado la “Década Ominosa”, es en el que transcurren los últimos años de su vida. Mariana participa en las tertulias donde se conspira, asiste a los presos en la cárcel entre los que se encuentra un primo y un tío suyo, siéndose implicada por la policía en la fuga de su primo Fernando Álvarez de Sotomayor, además de por unos documentos comprometedores descubiertos en su casa de la calle Águila.
Los acontecimientos políticos habían extremado su violencia a comienzos de 1831 y la esperanza de los liberales, tras fracasadas y sucesivas sublevaciones contra la tiranía absolutista, comenzaron a desfallecer. A mediados de marzo el subdelegado principal de la policía y alcalde de Casa y Corte, Ramón Pedrosa, conoce por una denuncia la existencia de una bandera para un proyectado alzamiento de los liberales granadinos, obligando a las bordadoras del albayzín, que por encargo de Mariana confeccionaban la bandera, a llevarla a medio terminar a su casa de calle Águila donde es descubierta por la policía.
Esta “prueba” sirvió de base para la aplicación de la pena capital impuesta a Mariana de Pineda. Fernando VII estimó la propuesta “justa y arreglada a la ley” y firmó la sentencia de muerte, que se llevaría a cabo en la forma ordinaria de garrote vil el 26 de mayo de 1831. Al conocer la sentencia Mariana dijo: “El recuerdo de mi suplicio hará más por nuestra causa que todas las banderas del mundo”.
La coincidencia de su muerte con la eclosión del Romanticismo propició, a partir de su gran personalidad, una imagen de Mariana de Pineda en cierta medida falseada, convirtiéndose, para unos, en icono liberal o republicano, y para otros, tan sólo en una víctima inocente asesinada por venganza de un supuesto amor desdeñado; consideración ésta última que también se hace con otras mujeres históricas.
La sala histórica del Centro representa una amplia imagen de Mariana de Pineda, abarcando desde el contexto histórico y territorial hasta la influencia del personaje en su entorno popular y en la inspiración artística. Se centra en un discurso expositivo integrado en cinco partes que se inicia con
La Granada de Mariana Pineda a través del plano de Dalmau: grabados y litografías del XIX sobre Granada realizados por J.F. Lewis, D. Roberts y Chapuy, otros sobre personajes representativos como Fernando VII, Mendizábal, Riego y Torrijos, objetos y periódicos de época que representan la Granada del primer tercio del siglo XIX como son “El loco constitucional” o el “Duende”. A continuación se expone una lectura biográfica de Mariana, Mariana Pineda en la que se muestran documentos como son las actas de nacimiento, matrimonio y defunción, padrones de las casas que habitó, objetos personales, fotos, reproducción de la bandera por la que llegó a ser inculpada encargada a mujeres del Albaicín como en su época se bordó la original, los grabados de Vera Calvo, Isidro Lozano y de Costa y Lazán, llave de la celda en el convento de Santa María Egipcíaca en el que pasó sus últimos días con el documento acreditativo, así como el libro de registro del Convento. Se exponen también las biografías de José Peña Aguayo de 1836 y la de Cándido Ortiz de Villajos y Eduardo García Canera, ambas de 1931.
Mariana en el imaginario popular representa las dos visiones que se han desarrollado con el devenir de los años entorno a esta mujer de grandes convicciones: liberal, apasionada y apasionante. Por un lado la imagen romántica, Mariana enamorada y traicionada, y por otro la Mariana revolucionaria que se convierte en icono de un sector liberal y progresista en la sociedad granadina y en la española. En esta sección se exponen periódicos, el cartel de la fiesta de 1931, fotografías del monumento escultórico ubicado en la plaza que lleva su nombre, reproducción facsímil del expediente de exhumación, urna en la que fueron depositados sus restos y sellos de la república con la imagen de Mariana.
Mariana en las artes, donde se muestran las obras de teatro inspiradas en Mariana, una carta con un dibujo de Mariana escrita por Federico García Lorca a Melchor Almagro en la que le habla del estreno de su obra, fotografías del estreno de la obra de Lorca, copia del figurín y una escenografía de Dalí para el drama de Lorca. Obras pictóricas como los grabados de Hernández Quero y Francisco izquierdo, y reproducciones de partituras musicales y producciones culturales contemporáneas sobre Mariana .
Finaliza este recorrido con un expositor dedicado a las mujeres en el siglo XIX.
El ideal femenino en este siglo, transmitido a través de la educación familiar y determinadas lecturas, hace que sus vidas giren en torno al matrimonio, la familia, el trabajo doméstico y la maternidad. El perfil ideal de la mujer consistía en ser modesta, recatada, obediente, sacrificada, defensora del propio honor y del familiar, educadora de los hijos, etc. Esta situación quedaba garantizada ante el establecimiento de una legislación discriminatoria y de un modelo de género que garantizaba el sometimiento de la mujer con respecto al varón e instituía unos rigurosos patrones para su actuación en la sociedad.
Relegadas de esta manera al espacio doméstico, a la mujer, independientemente de su status social, se le niega la presencia en el espacio público y en la política. Sin embargo, las españolas van a participar en los acontecimientos de la época con la creación de instituciones como la Junta de Damas de Honor y Mérito o la organización de tertulias en los salones ilustrados, destacando su militancia en momentos históricos decisivos como el alzamiento del 2 de mayo y los movimientos de oposición frente al régimen absolutista.
Es un siglo en el que, a pesar de los avances del liberalismo político y de la ideología del primer movimiento obrero, se desarrollan posturas contradictorias respecto a la igualdad de los derechos de la mujer. El proceso de emancipación femenina durante el siglo XIX tuvo una menor presencia e influencia social que en otros países, se basó en demandas sociales, buscando el reconocimiento de los roles sociales femeninos y la exigencia de los derechos civiles e igualdad en el terreno educativo.
Horario de apertura al público
Horario de Mañana: de 9:00 a 14:00 horas, de lunes a viernes (excepto festivos)
Horario de Tarde: de lunes a jueves de 16:30 a 21:00 horas (excepto festivos)
Horario de verano (julio y agosto)
De lunes a viernes (excepto festivos)
De 9:00 a 13:30 horas
Visitas en grupo (previa solicitud):
Visitas guiadas y proyección del documental “Mariana Pineda, la lucha por la libertad”, en horario de mañana y tarde.
Número máximo 25 personas
Fotografías y vídeos
No está permitido el uso de cámaras fotográficas o de vídeo en el interior de la sala (salvo permiso de la Concejalía de Igualdad de Oportunidades).
Precio entrada
Gratuita